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Mª Luisa Siles López

Me llamo Luisa, tengo 55 años y quiero explicaros lo que el Yoga ha significado para mí, desde el momento en que lo descubrí el otoño de 2002.

Estoy enferma de FIBROMIALGIA, además de otras enfermedades como Artrosis, Escoliosis, BMG (células alteradas en la sangre, que pueden desencadenar en Leucemia o Cáncer de huesos) por lo cual tengo que acudir a revisiones anuales para controlarlas.

Al cumplir los 50 años, me llego la menopausia y con ella más problemas, en el año 2.001 me operaron del menisco, que estaba destrozado y no se ni como se rompió, al año siguiente me operaron de un Fribrodenoma de mamas GAD benigno. A consecuencia de todo esto caí en una depresión, solo me encontraba bien en el sofá, con la manta eléctrica para quitarme las contracturas que se me hacían en la espalda al menor esfuerzo. Fue entonces cuando me diagnosticaron Fibromialgia.

Un día vino a verme mi consuegra Teresa y me pidió que la acompañara a una escuela de yoga en el que hacían también “Danza del vientre”, es la escuela Dharma Yoga. Entonces yo desconocía todo este mundo, pero al conocer a la profesora Inma me pareció que ella me ayudaría a salir de este pozo en el que me veía inmersa, enseguida conecté con ella, noté como si ya la hubiera conocido anteriormente. En ese momento supe que empezaba una nueva vida para mí, una vida de lucha y de luz, encontrando la mano que me ayudaría a salir de ese pozo, de la oscuridad y del dolor.

Hoy estoy eternamente agradecida a Tere, a Inma y a mis otros profesores Carlos y Mercè, ya que han sido los que me han mostrado este camino que he decidido emprender.

Empecé haciendo Hatha-Yoga, tres días a la semana y poco a poco fui viendo que recuperaba la flexibilidad y decidí completar la semana haciendo Kundalini Yoga.

En esos días en que sentía mucho dolor, Inma me practicaba alguna sesión de Reiki (Energía Universal) de manera desinteresada, llenándome así de energía y fuerza para poder seguir hacia delante. También he cambiado mi alimentación y entre las enseñanzas de Inma y el libro que me recomendó, “La alimentación como medicina”, he aprendido muchas cosas que ignoraba.

Hoy puedo decir que, durante estos cinco años, gracias al mundo del Yoga soy otra persona. He recuperado mi alegría, la seguridad en mi misma, vuelvo a conducir después de 12 años, mis células están estables y me siento más feliz.

Una vez empezado un nuevo camino, más espiritual, más interior, quise seguir adentrándome en él. Me he interesado por nuevas lecturas y he completado la formación de Reiki y la maestría, que estoy utilizando para ayudar a otras personas que lo necesitan y a mi misma, practicando cada día tanto el Reiki como el Yoga.

El Yoga ha conseguido cambiar mi vida, me ha dado mas seguridad en mi misma y la confianza de que poseo la fuerza para superar cualquier contratiempo. Espero que mi sincero testimonio pueda ayudar a otras personas que padezcan tanto Fibromialgia, como cualquier otra enfermedad. Luchando con confianza se consiguen grandes éxitos.

CON TODO MI AMOR

MªLUISA SILES LÓPEZ

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Testimonios de nuestros alumnos

  • Aida Ribot

    Los sonidos y vibraciones retumban por todo el cuerpo. Sientes que la cabeza te da vueltas y que los músculos se relajan.

    Sientes estallidos de vibraciones por los brazos y piernas, un cosquilleo que va y viene constantemente. Es una experiencia única y relajante de las que más he sentido. Después de una sesión, salgo de clase como si estuviera flotando.

    Aida Ribot Profesora de inglés
  • Esther Beltran

    Es una experiencia intensa, el sonido penetra en las capas más profundas de nuestra psique y de nuestro cuerpo , atraviesa capas de nuestras barreras emocionales para sanarlas. Es como recibir un baño de luz a través de otro medio, nos despeja la mente y despierta nuestra conciencia.

    Esther Beltran Terapeuta cuántica
  • Luisa Siles

    Las sensaciones que me producen los sonidos de los cuencos es muy placentera de relax total, empieza el sonido a entrar por un oído y haciendo circulo entra por el otro, por toda la cabeza después se expande por todo el cuerpo, entrando por las palmas de las manos en vibración y sintiendo lo mismo por los pies, es un placer y otro placer es el yoga.

    Luisa Siles Maestra de Reiki
  • M Cruz Barón

    Las meditaciones con sonidos de cuencos, flautas, tambores, platillos, cantos... es sobre todo un viaje a lo profundo del alma.

    En la sesión de hoy he conectado con la gran vibración de los cuencos de más tamaño. El sonido ha pasado por mi cuerpo haciendo de mí un sonido más. El sonido envolvente de las campanillas y platillos me ha levantado del suelo y he dado vueltas por la sala. El palo de la lluvia me ha conectado con mi alma apache. Los mantras con templos sagrados de la India o el Tíbet.

    M Cruz Barón Grafóloga
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